jueves, julio 13, 2017

La fuerza de los ancestros


Les comparto otro caso reciente trabajado con Constelaciones Familiares.

EL TEMA
Una mujer crea una empresa. Es la dueña y voz principal de la compañía.
Todo iba bien hasta que algunos profesionales que se unieron a esta iniciativa comenzaron a enfrentarse a la mujer, logrando no solo desestabilizar a la dueña sino también a la empresa como tal.
Las cosas empezaron a ir mal en la empresa, tanto que la dueña decide retirarse y comenzar de cero un nuevo proyecto.
En ese punto, es cuando decide constelar.

HISTORIA FAMILIAR
Más allá de la empresa, en la historia familiar de esta mujer había un detalle muy importante: sus padres judíos habían tenido que huir de Europa durante la segunda guerra mundial, perseguidos por los alemanes.

PREGUNTA
Qué resonaba como repetición entre su historia y la historia de sus padres? Se plantea la hipótesis del fuerte vínculo entre perseguidos y perseguidores, entre víctimas y victimarios.

COMENTARIO
Debo confesar como consteladora, que siempre me ha sorprendido el nexo relevante entre las víctimas y sus victimarios. Es incluso, he visto cómo a veces la carga emocional más pesada la lleva el victimario, quien sólo tiene paz cuando puede encontrarse con su víctima y ser incluido, a pesar de su destino.

EL TRABAJO
Se armaron dos representaciones en paralelo. Una, para la mujer y su empresa nueva. Y otra, para sus víctimas y victimarios ancestrales.
En un primer movimiento, la mujer no lograba ver o acercarse a la empresa. Su mirada y cuerpo se dirigían hacia las víctimas ancestrales.
Su representante decía tener mucha energía, pero aparecía como una energía sin dirección precisa.
Pasamos a trabajar con la dupla de víctima/victimario.
Los victimarios estaban acostados en el piso. Las víctimas de pie, mirando a sus perpetradores. Y este par encontró paz cuando pudieron acostarse uno al lado del otro. Juntos, en el piso. Conectados.
Trabajamos en su reconocimiento mutuo, su integración como par, en su pertenencia y especialmente, en que pudieran decirle a la mujer que ella no tenía nada que ver con esa historia y que no tenía que cargar con ella.
Después de esta resolución, la mujer no solo pudo mirar a la empresa nueva con tranquilidad, sino que logró colocarse delante de sus ancestros y tomar de ellos la fuerza para este nuevo emprendimiento.
También se mostró más tranquila en cuanto a su energía. Con energía y paz al mismo tiempo.
La paciente decía al final, que sentía como si los ancestros la hubieran pateado suavemente para que avanzara a lo nuevo. Lo que suelo llamar "la patadita amorosa" que dan los que vinieron antes para ayudarnos a hacer nuestra propia historia.


Texto: Raiza Ramírez

domingo, julio 09, 2017

La mujer que cedió su prosperidad


La mujer que cedió su prosperidad

Si bien nunca ha tenido graves problemas con el dinero, ella pasaba por una mala temporada. Y ella quería saber a qué se debía ese mal momento y cómo solventarlo.

Es profesional. Ama lo que hace. Es buena en lo que hace.

Entonces decidió constelar.

Para sorpresa de ella, de la representante de la constelación y de la propia consteladora, cuando LA PROSPERIDAD se paró en frente a la mujer dijo sentir vergüenza, se quería retirar y sentía que se merecía "algo malo por haber actuado mal". La representante de la mujer no lograba mirar a esta prosperidad llena de vergüenza.

Lo que llamó la atención de la consteladora fue un detalle técnico: es muy particular, por no decir, raro, que un elemento como la PROSPERIDAD tuviera esos sentimientos, sensaciones y deseos. Los elementos de este estilo suelen entrar a una constelación sin cargar emocionales, vacíos y disponibles para las personas del sistema.


Separar la prosperidad de aquello que no le pertenece.

El siguiente paso fue dividir a la prosperidad en dos partes: uno, la prosperidad disponible; y dos, y "eso" que tomaba la prosperidad de esta mujer y asumía la vergüenza como emoción.

La prosperidad quedó disponible, mirando a la mujer que trabajaba su tema de dinero. 

Y este representante que decía sentir que se merecía "algo malo", necesitaba estar al lado de la prosperidad. Algo le faltaba, no estaba completo. 

Siguiente paso técnico. La consteladora, une a este representante con "eso que lo completa o que le hace falta" y que había quedado excluido de la mirada de esta paciente. 

Pudieron encontrarse como la llave y la cerradura. El representante que sentía vergüenza y el nuevo representante que venía a completar la imagen interna. Éste ultimo, apareció y le dijo a la representante de la paciente: "Yo pertenezco. Es importante que me des mi lugar. Yo tengo un lugar". Y el representante que sentía vergüenza, lo pudo mirar y decirle: "Hola, es todo un hallazgo encotrarte". 


El final

Tras ese encuentro de dos que se completaron, tanto la prosperidad como la mujer, tuvieron una oportunidad para mirarse. Para reencontrarse. La mujer entendió que había cedido por entero a su prosperidad para que acompañara a esta parte de su sistema que sentía que no se merecía algo bueno. También entendió que ceder su prosperidad implica un precio MUY ALTO para ella y que no le hace bien al sistema, pues no soluciona la sensación de vergüenza, el mal sabor, la soledad y la percepción de no merecer algo bueno.

La mujer pudo mirar a su prosperidad. Pudo mirar a ese excluido e integrarlo al sistema. Pudo decirle a esa parte del sistema que lo había hecho con mucho amor, pero que era hora de retomar su prosperidad y hacer lo propio. Pudo sentir amor y dolor al mismo tiempo en su alma. Pudo honrar esa dupla en su sistema. Y pudo reconectarse con su fuerza poderosa de vida.

Autor del texto: Raiza Ramírez. Basado en una constelación realizada en el mes de junio en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

sábado, febrero 04, 2017

Los excluidos




Los excluidos son de los personajes más relevantes de las historias de familia. Son relevantes por el impacto emocional que tuvieron y tienen. Y por el posible impacto que puedan tener en generaciones posteriores. 

Quién excluye a los excluidos? 

Normalmente, quien excluye es quien recibe el impacto emocional de este personaje. Por ejemplo, un hombre excluye al asesino de su padre por el dolor que le generó. Puede creer que al excluirlo también quitará el pesar de su corazón, pero no sabe que este asesino ya forma parte de su sistema por haberlo impactado de manera irreversible. 

Los excluidos suelen estar vinculados al dolor. Asesinos, personas fallecidas de manera dolorosa, abortos, niños fallecidos, madres que mueren en el parto, personas con enfermedades mentales, adictos, violadores, ladrones, en resumen: seres humanos con destinos pesados o difíciles. 

Lo que suele ser complicado es ver al excluido con ojos de honra. Asentir a su destino. Dejar de señalarlo y decir que SI a lo que fue. Por ello, lo "menos doloroso" es hacerlo a un lado y hacer que no pasó lo que pasó. 

Y luego que se excluye, qué pasa? 

Quien excluye al dolor de su vida o a quien le generó ese dolor en su vida, puede sentir paz. Una paz que es personal y temporal. Su yo está "a salvo", pero el dolor no desaparece porque no dejamos de mirar, el dolor no desaparece del sistema al excluirlo. Es una ilusión. 

Las consecuencias se ven más tarde. Cuando alguien, por amor a su sistema, por balance y por cumplir la máxima que indica que el sistema no acepta espacios vacíos, trae de vuelta a este excluido de alguna manera. 

Puede ser viviendo un destino similar al de esta persona excluida, a la par de su propio destino. Puede ser encontrando a una pareja que se parezca en cualidades y acciones a este excluido. Puede ser repitiendo los hechos tal y como sucedieron en el pasado. 

No es azar. No es casualidad. Es el sistema buscando equilibrarse, buscando su balance, buscando integrar a quien fue expulsado del clan y que de cualquier manera, tiene un lugar (su lugar) en el mismo. 



Cuál es la solución?

La respuesta es simple: INCLUIR. Honrar. Dar lugar. Entregar el destino a quien corresponda y quedarme solo con mi propio destino. Decir que SI a lo que fue que ya no podemos cambiar. 

Hace poco trabajé en un caso en el que la paciente o cliente solo sentía paz cuando miraba al excluido de la familia. Cuando no lo miraba, no tenía balance ni equilibrio. Qué acto de amor más grande!, pensé yo. Esta persona es capaz de ponerse en riesgo con tal de incluir a este personaje. 

Pudimos ordenarlo. Para bien del cliente, del excluido y del sistema. Al dejar al exluido con su destino, al reconocerlo en su historia (aunque sea dolorosa), al pedirle que mire con bien a quien lo haga diferente, al darle su lugar, el sistema empieza a balancearse y la persona comienza a poder mirar hacia su futuro, un futuro propio. 

Gracias a todos los exluidos que tantas lecciones hermosas pueden darnos. Gracias a los que pueden mirarlos, pues con su mirada logran balance para sí mismos y para su familia. 


Autor del texto: Raiza Ramirez

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