
Una mujer de 25 años llega por primera vez al consultorio de un terapeuta. Luego de conocerse, la joven comienza a contarle al especialista diferentes aspectos de su vida: familia, trabajo, salud. Le explica que nueve meses atrás sufrió un accidente muy grave que casi le costó la vida. Pasó tiempo en cama reponiéndose. La chica se llena de orgullo al mostrarse sana, en perfectas condiciones, completamente recuperada.
Durante la hora de consulta, la paciente habla una y otra vez de su accidente, de lo que le sucedió, del período que pasó en cama, de sus metas y de cómo las alcanzó. A la vez asoma el miedo que le genera la sola idea de que algo parecido suceda nuevamente. En su discurso aparece este hecho una y otra vez, una y otra vez. Como si todavía estuviera presente.
Al terminar, la terapeuta le pregunta:
- Ahora, ¿Estás sana?
- Sí, dice la mujer.
- En este momento, ¿Estás completamente recuperada? - insiste la especialista.
- Sí, 100%, replica la chica.
“Entonces, ¿Para qué sigues bailando con el accidente?”, pregunta la terapeuta. La paciente se queda en silencio.
Luego de unos segundos en blanco, la especialista le dijo: “Cuando llegas a una fiesta, tú decides con quién bailas. Puedes hacerlo con la más linda de la noche o con la más fea, incluso, puedes decidir no salir a la pista y solo observar. Así, más o menos, es la vida. Tienes opciones y tú escoges con cuál pasas el tiempo danzando; en este caso, con la salud o la enfermedad. ¿Con cuál quieres bailar ahora?”.
La chica no dijo mucho. Se despidieron afectuosamente y quedaron en mirarse de nuevo la siguiente semana.
Durante la existencia, las personas experimentan diferentes sensaciones, emociones, estados, momentos, sucesos; algunos mejores otros peores; algunos alegres, otros menos; hay de todo. La gran diferencia está en dar el paso, seguir hacia adelante, moverse, soltar el pasado y escoger con cuidado y amor a la pareja con la que bailaré un rato, ¿Cuál quiero para mí: la más fea o la más linda? Y seleccione la que seleccione, quedarme en la experiencia. Seguramente, el siguiente paso será más enriquecedor que el anterior.
Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares
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