miércoles, mayo 16, 2007

Esto ya lo había vivido

¿Cuántas veces hemos experimentado esa sensación de haber vivido una situación una y mil veces?

Nos conseguimos al mismo tipo de pareja, el mismo estilo de jefe, las suegras con las mismas características. ¿Casualidad? ¿Justicia divina? ¿Karma? ¿Todas las anteriores?

Bajo la mirada de la Gestalt, estas historias, en teoría repetidas, se ven como “situaciones inconclusas”.

¿Qué es eso?

El cuerpo humano, en su sabiduría innata, intenta cerrar o concluir aquellas situaciones que quedaron abiertas. Si hay un hecho que quedó abierto en mi vida, mi organismo en su búsqueda por concluir, encontrará situaciones semejantes en las que se pueda dar ese cierre que está necesitando. Por eso, nos encontramos a los mismos tipos de hombres, jefes, suegras o amigas. Es nuestro organismo que busca completar una situación.

¿Cómo se “soluciona” esto?

En primer lugar, como terapeuta, obviamente recomiendo ir a terapia. La ayuda de un especialista puede ser importante para algunos momentos de tu vida, especialmente aquellos en los que sientes que solo no puedes manejar la situación.

Lo que también puedes hacer es sentarte por un instante a reflexionar sobre eso que se repite en tu vida. Tómate tu tiempo y recuerda todas las veces que has vivido la misma historia. Fíjate, por un segundo, cómo actuaste cada vez. Si puedes escribirlo, mejor.

Haz un recorrido por lo que fuiste sintiendo en cada momento. Observa cuáles fueron tus reacciones. ¿Qué hiciste en cada oportunidad? ¿Lo hiciste siempre igual o alguna vez probaste una nueva manera de actuar? Nota cuáles fueron las consecuencias de esas acciones que tomaste. ¿Te sentiste satisfecho luego de haber tomado esa decisión?

Una vez que hayas hecho este paseo, fíjate qué aprendes de estas repeticiones e imagina una manera de hacerlo diferente.

No se trata de tener una vida perfecta. Mala noticia: no es posible. Se trata de tomar conciencia de lo que hacemos para que ciertas situaciones de nuestra vida, sucedan o no.

La próxima vez que observes que esta situación repetitiva aparece, fíjate si quieres hacerlo igual que la vez anterior o si quieres probar una nueva manera.

Cuando somos flexibles y capaces de adaptarnos a lo que hay, podemos ser más creativos en las respuestas que damos al mundo. Y en estas respuestas diferentes y nuevas, muchas veces se encuentra la salida al laberinto de las situaciones repetidas. Si buscas un nuevo camino, es muy probable que el paisaje que observes en esta ruta sea diferente la que solías ver anteriormente.

Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en particular, escribe a la siguiente dirección de correo electrónico: raizaramirez@gmail.com.

Autor del texto: Raiza Ramírez.
Este artículo fue publicado en la columna "En primera persona", del semanario Correo del Ávila, de Caracas, Venezuela, durante el mes de marzo de 2007.

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