domingo, noviembre 22, 2009

“La nueva pareja de mi papá”


Los cuentos infantiles tradicionales pintan a las madrastras como seres maléficos que vienen a separar a los padres de sus hijos. Son narizonas, feas, con verrugas en alguna parte del rostro y por sobre todas las cosas, son malas.

Quizá de este contexto viene la idea social de que la segunda pareja de papá puede resultar una amenaza para los hijos, la madre, el padre, es decir, para todo el sistema familiar.

¿Qué otra mirada podemos darle a esta realidad?

El orden

Uno de los principios más importantes dentro de los sistemas familiares es el orden, es decir, que cada uno ocupe su lugar, el que le corresponde. Y quizá es uno de los errores que con más frecuencia se comete al ingresar un nuevo miembro a la historia.

Por ejemplo, mamá y papá se separan heridos y molestos, quizá papá (en este caso) desea que su próxima pareja ocupe el lugar de mamá, pues está bravo con ella. ¿Consecuencias? Los hijos pueden rechazar a la nueva pareja del progenitor. La razón es simple: nadie puede ocupar el lugar de mi mamá. Cuando rechazas a mi madre, me rechazas a mí.

Mamá y papá no son reemplazables. Los hijos son solo los hijos y no pueden ser parejas sustitutas. Y la nueva pareja debe tener mucha conciencia de que ella vino después y por sobre todas las cosas, hay otras personas que llegaron primero a la vida de ese hombre.

Una madrastra que mira

La segunda pareja tendrá mucho más chance de quedarse en esa relación si logra mirar con respeto a la primera esposa y madre de los hijos de su amor. En esa mirada hay un asentir implícito, un “si” interno que no lucha, sino que acepta que hay una historia que vino antes. No se trata de que sean mejores amigas y vayan juntas a hacer las compras, se trata de darle el lugar que tuvo y que tiene.

Cuando la madrastra dice SI a la primera esposa, es como si dijera SI al mismo tiempo a los hijos. Esto, de manera tácita e inmediata, hace que los hijos no tengan que defender a nadie. Se sienten respetados.

En un sistema de familia, todos caben. El único detalle es que cada uno tiene su puesto y necesita ocuparlo.

Autor del texto: Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

lunes, noviembre 02, 2009

El responsable de mis necesidades














¿Quién es el responsable de tus necesidades?

Una mujer está molesta con un hombre. Está más que brava, está furiosa. Desea y necesita hablar con este señor y decirle lo que siente. Eso lo tiene claro.

En una conversación previa, él quedó en llamarla. Ella está esperando la llamada que aún no llega. Mientras tanto, su necesidad sigue sin ser satisfecha y por lo tanto, la situación sigue estando abierta y la molestia presente.

El cómo

Bien indica la teoría sobre Psicoterapia Gestalt que el tema de las necesidades no se trata de tenerlas o no, pues todos los seres humanos las experimentan. El verdadero tema es CÓMO cada organismo las satisface.

En el ejemplo anterior se puede mirar. La cuestión no se trata de la molestia de esta mujer, sino lo que hace ella con su molestia y cómo la canaliza.

La primera trampa: evitar

Uno de los obstáculos que nos podemos colocar las personas para no satisfacer nuestra necesidad es cerrarnos el paso hacia “eso” que estamos requiriendo. Si bien no lo hacemos de manera conciente, igualmente lo hacemos.

Siguiendo con la historia anterior de la mujer molesta. Ella estaba tan brava que decidió apagar su teléfono, borrar al hombre de sus listas de contacto en diferentes medios, no estar disponible para él. Suena contradictorio, ¿Verdad?

¿Cómo es que si mi necesidad es hablar contigo, cierro los medios para comunicarme contigo?

Segunda trampa: sin responsabilidad

Si evado mi necesidad y la dejo en manos del otro, estoy entregando mi destino al afuera. Ya no soy responsable de lo que me sucede y son los demás, sean quienes sean, los que deciden y tienen la potestad sobre mis estados de ánimo y lo que logro satisfacer o no.

La mujer sigue molesta con el hombre. Él no ha llamado. Ella espera la llamada. ¿De quién es la necesidad y de quién es la responsabilidad de satisfacerla? Quizá la necesidad de él sea diferente a la de ella y por eso no llama. No lo sabemos.

Si bien es cierto que no siempre necesitamos estar “cara a cara” para cerrar una situación abierta, es muy importante que comencemos a mirar nuestras necesidades y entendamos que somos nosotros los que podemos hacer algo por ellas, por lo menos intentarlo.

Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

Qué es Bebé Gestalt

Mamá y Papá: el principio de todo.

Mamá y Papá: el principio de todo.
La vida viene de mamá y papá. Y yo, como hijo soy 50% mamá y 50% papá. Estoy conectado una suerte de “hilos invisibles” a ellos y a los que vinieron antes que ellos y que hicieron posible mi vida. A donde me mueva y vaya, los hilos van conmigo. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

¿Neurótico yo?

¿Neurótico yo?
Fritz Perls, creador de la Terapia Gestáltica, escribió que todos los seres humanos somos neuróticos. Esta aseveración quizá puede resultar antipática para algunos, ¿cómo es posible esto? A continuación podrás leer algunas pistas que te ayudarán a saber si eres neurótico o no. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

¿Llueve o hace sol?

¿Llueve o hace sol?
Si se pudiera hablar de un “ideal”, sería el siguiente: tener el paraguas a la mano, estar pendiente del tiempo y probar. A veces será el momento de abrirlo porque el cielo anuncia tormenta y otras veces de cerrarlo pues el sol está resplandeciente. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

La pareja y el morral

La pareja y el morral
Una mujer, luego de pasar un tiempo sin pareja, conoce a dos hombres: A y B. El “A” parece tener todas las cualidades “buenas” que ellos “deben tener”: es soltero, tiene una buena posición económica, está disponible para ella, es cariñoso, de buena familia. El “B”, pareciera cargar una mochila más grande: tiene un hijo, una ex mujer y algunos problemas sin resolver. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

La empresa de un solo empleado

La empresa de un solo empleado
Por muchos años esta mujer tuvo y mantuvo una empresa de múltiples empleados. Estaba tan atareada con sus ocupaciones que se olvidó de ella misma. A veces no se pagaba el sueldo, hubo años en los que no vio utilidades. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)