
Hubo una vez una persona que pidió una sopa en un restaurante.
En la sopa, se coló una mosca. Fue un momento desagradable para esta persona. Inolvidable, se puede decir. Su rica sopa invadida por un insecto. Desagradable para la vista. La persona regresó la sopa, peleó con el chef del restaurante, no aceptó las disculpas y se fue molesto.
Desde ese momento hasta el presente, en cada restaurante que va pide una sopa y sin siquiera degustarla, comienza a buscar la mosca que “podría impedirle” el disfrute de la misma, sin darse cuenta que él mismo frena o paraliza su posibilidad de goce con la búsqueda de eso “malo” que cree puede venir y sorprenderlo.
Por ahora, sigue buscando la mosca. Lo que aún no sabe es si busca la primera o una nueva. Y mientras tanto, no hay sopa o restaurante que le sirva.
Para reflexionar:
¿En qué se parece esto a tu vida?
¿Te pareces a esta persona?
¿Disfrutas lo nuevo que te ofrece la vida o aún estás viviendo en el pasado?
¿Qué harás la próxima vez que vayas a un restaurante y pidas una sopa?
Autor del texto: Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares
http://loretogongora.blogspot.com/2007/06/pintura.html
1 comentario:
Me quedo con la idea de que no podemos ponernos trabas a nosotros mismos. Una cosa es prever problemas para atjarlos en caso de suceder y otra crear esos problemas de la nada por nuestras obssesiones.
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