lunes, febrero 11, 2008

Terapia para dos

Cada pareja es un mundo. Posee sus propios esquemas, características y ritmos. Con el tiempo algunas relaciones se deterioran, ¿es la consulta con un psicoterapeuta la solución?

Los cuentos de hadas son cuentos de hadas, y muchos veces el “vivieron felices por siempre” es una fantasía. En la vida real, parejas se crean y se disuelven a diario. Se aman y se pelean. Se encuentran y se desencuentran. Se muestran afecto y se manifiestan rabia. Todo sucede casi de manera simultánea.

El mundo de dos seres que deciden estar juntos por un tiempo determinado, está lleno de matices, cambios, bondades, dulzuras, defectos, historias, pasado, malestar, dolor y amor.

La psicoterapeuta Irene Specht, cuando habla del tema, de entrada plantea lo siguiente: “Pareja es par. Y no es tener sino ser”. Este pensamiento va dirigido a las personas que poseen a un novio(a) o esposo(a) como un objeto más de un inventario de cosas que conforman su existencia.

“Ser pareja tiene una implicación de respeto, consideración y responsabilidad. Uno se siente agradecido con la vida por haberse encontrado con esta persona”, indica la especialista. Cuando la relación marcha bien, hombre y mujer se mantienen juntos y contentos, parece que no hay nada que modificar, la unión marcha sobre rieles. Cuando el ambiente cambia y comienzan ciertos roces o inconvenientes, la distancia se hace presente. Y es, en estos segundos momentos, cuando alguna de las partes pronuncia la frase: “Necesitamos ir a terapia”.

La selección del especialista y el tipo de abordaje depende de muchos factores. Dado que en 99% de los casos, la pareja asiste cuando está pasando por un temporal o tormenta —según el caso—, lo más común es que sea uno de los dos quien escoja al terapeuta, bien sea por la recomendación de un amigo, conocido o familiar, la lectura de una revista o la búsqueda a través de Internet. 

Llegar es sólo el primer paso, quedarse en el consultorio es uno de lo retos
más grandes que se presentan, sin contar con el hecho de tener que hacer ajustes para seguir en el camino de dos. 

Ya en el consultorio

De entrada, hay una forma instantánea de saber si una pareja tiene futuro o no. Lo indica el terapeuta alemán Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares: cuando dos personas tienen energía suficiente para discutir o pelear, hay posibilidad de salvar al par. Cuando reina la indiferencia, no hay nada que hacer. El amor se acabó cuando el otro o lo que le suceda al otro, da igual. “La energía del conflicto puede ser la del contacto, es decir, la forma en la que este par instrumentó su acercamiento. Ellos necesitan ayuda si quieren hacerlo distinto. A veces pasa que cuando dejan de pelear, se acaba la relación, porque eso era los que los mantenía unidos”, dice la terapeuta consultada. Otro aspecto que habla de la unión de estos dos seres es la risa. ¿Se ríen entre ellos, los chistes aún causan gracia, se sonríen entre ellos cuando conversan, cuando se hacen un favor, cuando están juntos? Sobre este tema, la experta consultada señala: “Cuando una pareja deja de reírse entre ellos, para mí la relación va en vías de terminarse”.

El top ten de los temas

Hay casos como parejas existen. Cada una está escribiendo su propia historia día a día. La especialista reflexiona en este sentido: “Las parejas forman juegos dialécticos que vienen de generación en generación. Cada nueva pareja es una síntesis de una historia que viene de atrás y se encuentran justamente para hacer una nueva tesis que servirá a las generaciones posteriores”. A pesar de lo anterior, al consultorio suelen llegar temáticas parecidas o con aristas similares. A continuación algunas de las más escuchadas:

1) Un tercero
“Uno de los casos más comunes es el de la infidelidad, bien sea de parte del hombre o de la mujer”, dice la especialista. Los cuernos, al parecer, tienen cura. Una buena dosis de amor, compasión del uno por el otro y, por sobre todas las cosas, poder darse cuenta que en una relación, la responsabilidad es compartida, lo que significa que no sólo “el infiel” es el culpable de la situación. Es allí cuando, aunque no se entienda, cabe la pregunta: “¿Qué hice o dejé de hacer para que esto sucediera?”

2) ¿Quién es el mejor?
Este par llega a terapia porque uno de los dos vive una crisis de incompetencia. “Dejan de ser competentes para convertirse en competidores, para demostrar que tiene la razón”, indica terapueta. Son parejas que en vez de buscar complementarse, compiten entre ellos. Su conversación suele tener las siguientes frases: “Pero es que él”, “Pero es que yo”. “Son parejas que no están con, sino en contra”, indica la terapeuta.

3) Lealtad familiar
Tanto mujeres como hombres repiten patrones ancestrales, muchas veces sin darse cuenta. Por ejemplo, si en una familia, todas las féminas son madres solteras, este es un esquema que se perpetúa en el tiempo. “Es la forma en la que él o ella aprendieron a ser pareja, así conocen el amor”, dice la especialista. Es por ello que es necesario y sano que cada uno de los integrantes del par, revise su historia familiar. De esta manera, podrá darse cuenta desde dónde está uniéndose a otra persona.
En terapia, a través de las Constelaciones Familiares, por ejemplo, se puede mirar el sistema de cada cual y así, poner orden en el mismo, para que luego él o ella puedan decidir qué desean hacer y si lo quieren realizar igual o diferente a los suyos.

4) Olvido propio
Hay casos en los que alguno de los dos miembros de la relación se olvida de sí mismo —como persona— y se dedica solo a los otros roles que tiene: madre o padre, esposo o esposa, profesional, hijo o hija. Allí, se puede observar cómo son seres humanos que viven para el otro y de alguna manera se descuidan, bien sea física, mental o espiritualmente. Si esta persona decide cambiar y comienza a pensar en sí misma, se pueden presentar inconvenientes en la relación. Será el momento para que ambos pongan su parte y puedan negociar una unión diferente.

5) Estar y no estar
La presencia física no es siempre sinónimo de disponibilidad. Hay oportunidades en las que por más que dos personas “estén juntas” e incluso vivan en la misma casa, la ausencia de uno o de ambos se nota en la relación. “Servir un plato de comida no quiere decir 'estoy contigo'”, explica la terapeuta. Indica que existen mujeres tan ocupadas que no están presentes para la relación. Con los hombres puede pasar de manera similar. Se mantienen en el matrimonio por los hijos,
se llenan de trabajo y no se comprometen con su pareja. La falta de compromiso en la pareja está vinculada con la ausencia de valor hacia sí mismo. Este tipo de personas suelen estar en conflicto con su familia de origen, lo que de alguna manera les imposibilita el estar plenamente para la relación. La solución puede llegar cuando el paciente —de manera individual— puede mirar a su familia entera, honrarlos y luego asumir la responsabilidad de su vida y la posibilidad de hacerlo diferente.

6) Cuando cambie, seré feliz
Es muy común escuchar en un consultorio de terapia a una mujer o a un hombre, pidiéndole a su pareja que cambie tal o cual rasgo, tal o cual hábito de vida, tal
o cual actitud. En estos casos, la persona que solicita esta modificación piensa que es lo más justo para los dos y suele creer que luego de que esta transformación ocurra, van a ser verdaderamente felices. En este sentido, la especialista explica: “Cuando intento cambiar a alguien es para usarlo según mis necesidades. No amo a la persona por lo que es, la amo según las expectativas que me hice de ella”. Es cuando uno de los dos intenta, cual escultor, esculpir al otro según su imagen y no aceptando lo que tiene en frente.
La salida para este tipo de problemática puede ser: la persona se queda en la relación tratando de cambiar al otro; la persona se queda en la relación aceptando al otro; la persona se da cuenta que no tiene lo que desea y se marcha.

7) ¿Y si cambio yo?
La contraparte de lo anterior. Uno de los dos se convierte en lo que su pareja desea. Si a él le gustan las películas de terror, ella se convierte en una fanática (da igual si le agrada o no este tipo de cintas). “Dejo de ser yo, para convertirme en otro”, dice la terapeuta. Y agrega: “Al final no me quieren a mí, sino a ese en que me convertí”.

8) Una vida, mil parejas
Ya en una consulta individual puede llegar un ser humano que no se queda en ninguna relación. Cambia de pareja cada cierto tiempo porque ninguna persona le acomoda a sus estándares. “Una persona que no se encuentra, busca en el otro lo que no consigue en sí mismo. Lleva relaciones tipo tarzán, es decir, van de liana en liana. No hay experiencia de contacto, ni consigo y mucho menos con el otro”, dice al respecto la experta consultada. Añade que al tener tantas necesidades insatisfechas, requiere a muchas personas para llenar ese vacío. Y mientras más experiencias tiene, va perdiendo su capacidad de relacionarse.

9) Veto a la familia política
Lo ideal es que ambos miembros de la pareja se miren de tú a tú, esto quiere decir de igual a igual. Ninguno de los dos es mejor que el otro. Esto incluye las familias de ambos. Es importante comenzar por agradecer a la familia del otro, pues sin ellos, la relación simplemente no sería posible. “Cada quien funciona desde lo que cree que es el amor”, indica. Explica que si una persona desprecia a la familia de su pareja, es necesario revisar esa unión, pues hay algún tema que resolver en ese sistema. Igualmente, digno de revisar es el caso contrario, cuando uno de los dos ama a la familia de su pareja más que a su par. “Aquí es necesario explorar su propia historia porque quizá esta persona está buscando una familia en la que pueda apoyarse”, dice la terapeuta.

10) Los ex
Si hay algo que no se puede cambiar es el pasado. Luchar en contra de una relación anterior de la pareja es una batalla perdida. “Si trata con respeto, será tratada con respeto”, indica Specht. La nueva pareja debe asumir que ella es la segunda, la tercera o la quinta, ése es su lugar, según el pasado del hombre o de la mujer que eligió para compartir. Si hay hijos previos a la unión, es muy importante tratarlos con amor, de esta manera, su pareja podrá estar completamente para ella y no habrá competencia. Ahora bien, si una de las dos partes no hay cerrado el ciclo anterior, la nueva unión tiene pocas probabilidades para avanzar y establecerse. “Siempre habrá un fantasma en esa relación, será una pareja de tres o de más personas”, dice la especialista.

EN RETIRADA
Los paradigmas sociales indican que terminar una relación es igual a sumarse un fracaso sentimental. Pareciera que es necesario estar en pareja, aunque la misma
no funcione. Cuántas personas se mantienen unidas a otras aunque no se amen, aunque no se respeten, aunque no se quieran, aunque no tengan nada en común. Más de
las que realmente lo asumen. Desde el punto de vista terapéutico, a veces lo más sano es retirarse. “Si cuando una persona hace el balance en una relación y al
final dice “yo no puedo vivir con esto”, lo mejor es separarse, más allá del dolor que pueda generar”, dice Irene Specht.


AMAR Y NECESITAR
Lo sano
1. Decir: “Te necesito porque te amo”
2. Aceptar al otro tal y como es. Con sus virtudes y defectos.
3. Mirar con respeto las parejas previas del consorte. Asentir al pasado y que cada quien ocupe su lugar.
4. Escucharse amorosamente. Mirarse con compasión (con-pasión)
5. Decir: “Me siento agradecido(a) por haberme encontrado con este ser humano”.

Lo no sano
1. Decir: “Te amo porque te necesito”
2. Querer cambiar a la pareja. Moldearla según los deseos y las necesidades.
3. Desear ser más importante que los hijos o que alguna de sus parejas previas.
4. No escuchar o hacerlo desde la propia historia. Creer que siempre se tiene la razón.
5. Decir: “Tengo apartamento, novio, carro, trabajo y salud”. Como un inventario de elementos que forman la vida.

Articulo publicado en la revista Estampas Temática (Pareja) del día sabado 9 de febrero de 2008. 
Autor del texto: Raiza Ramírez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque veo que la fecha de publicación tiene ya un tiempito, vale la pena encontrarse con artículos tan interesantes que no pierden vigencia. Muy buenos los temas abordados...
Saludos...
Atte.
Carolina D.

Anónimo dijo...

Me parec muy bueno este tema ademas ense#a que no se debe ser prepotente y que tienes que saber que ya no eres un@ si no una pareja osea 2 en 1...

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