Todos los seres humanos, sin importar nuestra orientación sexual, estamos formados por energía masculina y energía femenina.
La energía masculina se vincula con la iniciativa, la búsqueda, la acción, la penetración, la dureza, el hacer, el pensamiento lógico y racional, la fuerza física.
La energía femenina está relacionada con la pasividad, la receptividad, la capacidad de espera, la flexibilidad, la ternura, la delicadeza, la blandura, el sentimiento, la contemplación, la sensibilidad, la capacidad de entrega.
Las mujeres, en teoría, tienen predominio de la energía femenina sobre la masculina. Los hombres, tienen predominio de la energía masculina sobre la femenina.
Hasta aquí todo bien. El problema se comienza a dar cuando estas energías se encuentran desequilibradas. Y entonces una mujer posee más energía masculina que femenina o cuando un hombre posee más energía femenina que masculina.
Vemos entonces mujeres muy activas, buscadoras, autosuficientes, duras. Y también vemos hombres con una energía femenina muy desarrollada que actúan con suavidad, y están muy conectados con sus emociones, por ejemplo.
La cosa se agrava cuando estos hombres y mujeres se encuentran, por decirlo de alguna manera, porque realmente no se encuentran, se tropiezan, chocan entre ellos y no logran entenderse.
Una pareja (de hombre y mujer) que se puede considerar sana o ideal, tiene las siguientes características: la mujer tiene más energía femenina que su pareja y menos energía masculina que su pareja. El hombre tiene más energía masculina que su pareja y menos energía femenina que su pareja.
No es una cuestión de proporción o de números. Realmente es más una cuestión de balance, de equilibrio, de respeto a lo natural.
Existe un trabajo terapéutico, desarrollado por el médico argentino Norberto Levy llamado “La Pareja Interior”, que explora la energía femenina y masculina los seres humanos. Así, se diagnostica cómo se encuentra la energía en cada persona y, por lo tanto, qué tipo de cambios puede hacer ésta para equilibrar sus energías y de esta manera mejorar su vida, tanto internamente, como sus relaciones con los demás.
Si te interesa tratar este tema o algún otro en particular, me puedes contactar a través del siguiente número de teléfono: 15-63649171 o a través del correo electrónico: raizaramirez@gmail.com
La energía masculina se vincula con la iniciativa, la búsqueda, la acción, la penetración, la dureza, el hacer, el pensamiento lógico y racional, la fuerza física.
La energía femenina está relacionada con la pasividad, la receptividad, la capacidad de espera, la flexibilidad, la ternura, la delicadeza, la blandura, el sentimiento, la contemplación, la sensibilidad, la capacidad de entrega.
Las mujeres, en teoría, tienen predominio de la energía femenina sobre la masculina. Los hombres, tienen predominio de la energía masculina sobre la femenina.
Hasta aquí todo bien. El problema se comienza a dar cuando estas energías se encuentran desequilibradas. Y entonces una mujer posee más energía masculina que femenina o cuando un hombre posee más energía femenina que masculina.
Vemos entonces mujeres muy activas, buscadoras, autosuficientes, duras. Y también vemos hombres con una energía femenina muy desarrollada que actúan con suavidad, y están muy conectados con sus emociones, por ejemplo.
La cosa se agrava cuando estos hombres y mujeres se encuentran, por decirlo de alguna manera, porque realmente no se encuentran, se tropiezan, chocan entre ellos y no logran entenderse.
Una pareja (de hombre y mujer) que se puede considerar sana o ideal, tiene las siguientes características: la mujer tiene más energía femenina que su pareja y menos energía masculina que su pareja. El hombre tiene más energía masculina que su pareja y menos energía femenina que su pareja.
No es una cuestión de proporción o de números. Realmente es más una cuestión de balance, de equilibrio, de respeto a lo natural.
Existe un trabajo terapéutico, desarrollado por el médico argentino Norberto Levy llamado “La Pareja Interior”, que explora la energía femenina y masculina los seres humanos. Así, se diagnostica cómo se encuentra la energía en cada persona y, por lo tanto, qué tipo de cambios puede hacer ésta para equilibrar sus energías y de esta manera mejorar su vida, tanto internamente, como sus relaciones con los demás.
Si te interesa tratar este tema o algún otro en particular, me puedes contactar a través del siguiente número de teléfono: 15-63649171 o a través del correo electrónico: raizaramirez@gmail.com
6 comentarios:
Interesantisimo... gracias por tan buen articulo... El tema de la complementariedad de la dualidad es algo que me interesa mucho.
Tu artículo es definitivamente un aporte valioso a mi estudio.
Gracias
hola amiga en una busqueda casual te encontre y tus comentarios que me dio mucho gusto haberte allado y me gustaria compartir comentarios tuyos te cuentoq ue soy artista plastico y peruana de nacimiento pero hace 4 anos estoy a qui en eeuu en un pueblito llamado nashville asi que te invitoa micorreoisetati@hotmail.com y mires mi perfil cuidate mucho bye
me agradan mucho tus articulos, soy un eterno apasionado del equilibrio que debe existir en el binomio hombre-mujer, me gustaria contactar contigo, soy de Perú tengo 56 años y vivo en el puerto del Callao, mi correo es jocove7@hotmail.com muchas gracias
BUSCANDO INFORMACIÓN SOBRE LA ANGUSTIA EN GESTALT HE LLEGADO A TU BLOG. SOY DE ESPAÑA, ESTOY HACIENDO EL ESPECIALISTA UNIVERSITARIO EN TÉCNICAS GESTALTICAS, Y ME HA AGRADADO ENCONTRARTE, DESDE LEJOS, TE DOY LAS GRACIAS POR TU GENEROSIDAD DE COMPARTIR EN ESTE BLOG, TUS CONOCIMIENTOS. GRACIAS.
Gracias Raiza por invitarme a tu taller me encanta tu tecnica y eres muy profesional te agradezco mucho tu ayuda me has dado muchas herramientas y tus artìculos son muy interesantes
Estoy leyendo esto 10 años después y me parece super interesante, pero hay algunas cosas que no me cierran. Se habla aquí de una relación sana entre hombre y mujer pero, ¿qué pasa cuando la relación es entre dos hombres o dos mujeres?¿Es necesario que en uno de los individuos esté más presente lo masculino y en el otro, lo femenino? Porque si una relación sana entre hombre y mujer existe cuando en la mujer está más presente lo femenino y en el hombre lo masculino y esa es la calve del bienestar, podría entenderse que entonces las relaciones homosexuales son desequilibradas. Si esa es la cuestión, entonces: ¿cómo se logra el bienestar en esos casos?
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