domingo, mayo 24, 2009

¿Cómo está tu Autoestima?


Hay libros de autoestima, cursos y talleres para tener autoestima, una persona le dice a la otra “tienes baja autoestima”, una amiga le dice a otra: “Si le dices eso a tu hijo, se le bajará la autoestima”, otros dicen “¡Qué gran autoestima tienes!”

La gran pregunta es: qué es eso de la autoestima. Como es eso de “estimarse uno mismo”.  La definición de la Real Academia Española es: valoración generalmente positiva de sí mismo. Así que parece que amarse es sinónimo de esta palabra.

Y también autoestima es mucho más que quererse.

¿Qué otros significados encierra esta palabra?

* Autoestima es estar parado sobre mis propios pies, sin intentar depender de otro o hacer que el otro mejore mi vida.

* Es también conocer mis potencialidades y limitaciones. Saber que si bien puedo hacer muchas cosas, también puedo pedir ayuda cuando lo requiero. 

* Es decir que si y también que no, sin experimentar culpa en ninguna de las dos respuestas.

* Es estar en contacto con mis necesidades y movilizar mis recursos para satisfacerlas. Poder tomar del ambiente lo que requiero y dejar a un lado lo que no me hace falta. 

* E incluso, luego, asimilar o rechazar eso que tomé del afuera. Sin tratar de complacer al otro.

* Autoestima es saber que puedo equivocarme y que es posible que las cosas no salgan como quiero. Y eso también está bien para mí, porque soy capaz de correr el riesgo  y buscar hacerlo diferente.

* Autoestima no es ser feliz los 365 días del año, 24 horas al día. Es aceptar mis emociones y sus matices sin luchar contra ellas. 

* Es saber que puedo disfrutar de la presencia de otro y que también puedo quedarme sola y pasarla bien a mi lado.

Luego de leer esto, ¿Cómo está tu autoestima?



Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

lunes, mayo 18, 2009

Dar y recibir














Tal día como hoy hace 10 años…
Un hombre se encuentra con una mujer.
La mujer le dice: “Tengo sed”.
El hombre le responde: “No tengo nada para darte”.
Ella insiste en su necesidad de líquido. 
Él no puede satisfacer la necesidad de ella, pues no tiene cómo. No se trata de que no quiera hacerlo, es que simplemente no puede.
Pasado un tiempo, se distancian.
















Tal día como hoy 10 años después
Se vuelven a encontrar el mismo hombre y la misma mujer.
Él trae una botella con agua en la mano.
Apenas se encuentran y sin mediar palabra, él se la entrega a ella.
Ella lo mira con asombro y casi sin entender lo que sucede.
Ella le pregunta: “¿Y esa botella con agua?”
Él dice: “Para tu sed”.
Ella replica: “¿Cuál sed?”
“La que dijiste que tienes”, dice él.
Ella comenta: “Eso fue hace 10 años. Gracias por el agua, pero ya no tengo sed”.
Se distancian.












Para reflexionar:
Si bien solo podemos entregar lo que tenemos, también es importante mirar si “eso” que tenemos para dar es lo que necesita el otro.
En los encuentros descritos, ambos terminan en distanciamiento. Quizá por la misma razón: no 
hay acuerdo entre el dar y el recibir.
Sin negociación es más difícil el encuentro. 
Para que pueda haber un encuentro: ambos damos y ambos recibimos. Y además, lo que damos y recibimos, nos sirve, nos resulta nutritivo, nos provoca quedarnos para seguir dando y recibiendo.


Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

domingo, mayo 03, 2009

La elección de la ensalada

Elegir puede ser todo un tema para algunas personas.
La indecisión puede apoderarse del momento, las dudas y otros muchos factores pueden influir a la hora de tomar un rumbo determinado.
En otros casos, puede ser que una persona no tenga problemas para elegir, sino más bien para defender sus elecciones.











A continuación un ejemplo.


Ana llega a un restaurante con sus amigos más cercanos de la Universidad. Se sientan en la mesa y les traen el menú.
Ana mira rápidamente la carta y escoge lo que desea comer: una ensalada. No hay duda de que ese es el plato que desea comer. Ella lo sabe. Se siente contenta ante la sola imagen de su ensalada frente a ella, se le hace agua la boca. Sabe lo que quiere y cierra el menú mientras sus amigos siguen mirando y decidiendo.
Llega el mesonero a la mesa a solicitar la orden. Ana es la primera en pedir su ensalada. El camarero anota la orden y los amigos de Ana comienzan a cuestionar su decisión: "Es poco, con eso no te vas a llenar", "¿Ensalada? ¿No será mejor que comas un pollo?, "Aquí las ensaladas no son tan buenas", "¿Estás segura de que eso es lo que quieres?", entre otras frases.
Se vive un momento de tensión en la mesa. Ana se incomoda. Su ánimo tranquilo y seguro cambió por completo. Empieza en ella un debate interno: ¿La ensalada será realmente lo que deseo?, ¿Tendrán mis amigos razón?, ¿Estaré equivocada?, ¿Qué es lo que quiero de verdad?.











Ahora, la pregunta es para ti: ¿Qué harías tú?
¿Cambiarías la orden o pedirías lo que deseas?
¿Defenderías tu elección? ¿Cómo lo harías?
¿Le dirías algo a tus amigos sobre tu elección y lo feliz que te hace esta decisión?

¿Cuántas veces has cambiado "la orden" para complacer al otro, pasando por alto tus propias necesidades, gustos o deseos? ¿Y cómo te has sentido luego de hacerlo?



Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

miércoles, abril 22, 2009

Yo, tú y el ambiente

Maneras de estar en el mundo



Primer modelo: CONTROL
+ En esta visión, el YO se impone sobre el TÚ. 
+ Se hace lo que YO digo, como YO lo digo, cuando YO lo digo. YO controlo.
+ Importa más mi visión que la del otro. 
+ Importan más mis necesidades que las del otro.
+ El otro, TÚ, debe adaptarse a mis necesidades para que esta “relación” pueda marchar.






Segundo modelo: MANIPULACIÓN
+ En esta visión, el TÚ se impone sobre el YO. 
+ Se hace lo que TÚ dices, como TÚ  lo dices, cuando TÚ lo dices. 
+ Aparentemente, TÚ tienes el control. Y también puede ser que el YO va llevando la cuenta exacta, para luego pasar la factura sobre esta vinculación.
+ En este esquema, Importa más tú visión que la mía. 
+ Tus necesidades se superponen sobre las mías.
+ Para que esta relación “funcione”, YO debo –aparentemente- postergar mis necesidades por ti.





Tercer modelo: SIN LÍMITES
+ Los que forman esta relación no saben dónde comienzan sus derechos o deberes, ni dónde finalizan. No hay límites.
+ Lo que impera es lo que suceda. Pareciera que cualquier cosa funciona para los dos.
+ No están claras ni especificadas las necesidades de los integrantes de esta relación.
+ Desde afuera, parece que a ambos les gusta lo mismo, hacen lo mismo, tienen las mismas ganas, metas y objetivos. Dentro, nadie sabe bien dónde está parado ni cuáles son las reglas del juego.
+ La relación puede finalizar en el momento exacto en que a alguno de los dos se le ocurra colocar el primer límite.



Cuarto modelo: LÍMITES CLAROS Y SANOS
+ Éste, parece el modelo más “sano” y funcional de estar en el mundo. Hay un límite claro entre el YO, el TÚ y el AMBIENTE.
+ Cada quien sabe cuál es su lugar, qué esperan de él, qué espera él del otro. Incluso, ambos toman en cuenta al contexto o al exterior, para tomar sus decisiones.
+ No se hace ni lo que yo quiero, ni que lo que tú quieres, sino logramos llegar a un punto medio que ambos queremos y que además se adaptar al ambiente.


Para reflexionar:
¿Con cuál de los modelos te sientes identificado?
¿En cuál de los modelos ubicarías a tu pareja?
¿Te gusta el modelo que tienes o deseas cambiarlo?
¿Sabes cómo puedes hacer para poner límites sanos?

Si quieres concertar una cita o te interesa tratar algún tema en particular, me puedes contactar a través del siguiente número de teléfono: 15-63649171 o a través del correo electrónico: raizaramirez@gmail.com

Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

lunes, abril 13, 2009

La Pareja y el morral















Una mujer, luego de pasar un tiempo sin pareja, conoce a dos hombres: A y B. El “A” parece tener todas las cualidades “buenas” que ellos “deben tener”: es soltero, tiene una buena posición económica, está disponible para ella, es cariñoso, de buena familia. El “B”, pareciera cargar una mochila más grande: tiene un hijo, una ex mujer y algunos problemas sin resolver.

Ambos hombres están interesados en la mujer. Ahora es ella la que tiene que decidir. 

Por buenas o por malas, ella se siente atraída por el hombre “B”. Ella se cuestiona la razón de su elección. Pregunta: ¿Qué me pasa? ¿Qué pasa que no elijo al que pareciera estar “mejor”?

Trato de responder a sus interrogantes con el siguiente ejemplo:

Imagina que vas subiendo una montaña, rodeada de otros escaladores como tú. Cada uno de ellos, incluyéndote, tiene su velocidad, su ritmo, su tiempo, según la mochila que carga y si propia capacidad física.

Los que van más rápido que tú y con menos peso, te pasan y te dejan atrás en la escalada. 

Los que llevan más peso, van más lento que tú. Así que eres capaz de pasarlos y dejarlos atrás.

Entonces, ¿Quién queda a tu lado? ¿Con quién subes la montaña? ¿Quién puede ser tu compañero en esta aventura? 

Respuesta simple: quien lleva el mismo peso que tú y tiene una capacidad física a la tuya.

Así que la próxima vez que veas a la pareja que escogiste, mira su morral, quizá es más parecido al tuyo de lo que imaginas. Sólo puedes escoger a alguien parecido a ti, aunque no lo creas. O a alguien que tiene algo para mostrarte de su propia mochila que quizá aún no has podido descubrir de la tuya.

La mujer se fue reflexionando sobre su propio morral y sus elecciones de pareja.


Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

domingo, abril 05, 2009

Los tres círculos


Tengo la idea de que la vida de una persona está formada por tres círculos principales: Yo, la pareja y la familia.

En el Yo, está inmerso mi profesión, mis deseos y necesidades más personales e íntimas, mis gustos, mis estudios, mis pasiones, lo que me contiene, mis metas. Es un círculo en el que estoy solo o sola.

En el de la pareja, estamos los dos. Yo y mi pareja. Allí se encuentran nuestros planes juntos, el proyecto de vida que tenemos, nuestro espacio, el amor, el sexo, la intimidad, los sueños de dos. Es un espacio para dos.

El tercero es el de la familia. Allí estamos todos. Los hijos, padres, suegros, hermanos, cuñadas y cuñados. Es nuestro espacio como conjunto. Aquí están papá, mamá e hijos, además de otros miembros del sistema.

Si se puede definir un ideal, éste sería que los tres círculos estén equilibrados, es decir, que podamos distribuir nuestro tiempo y energía entre todos.

Sin embargo, no siempre es así. Muchos problemas de la persona, de las parejas y de las familias, pueden estar vinculados a la repartición que una persona hace entre estos tres aspectos que son importantes y valiosos por separado y que juntos, son los que hacen que el individuo se sienta en equilibrio y tranquilidad o no.

La invitación es a que te fijes en tus propios círculos:
• ¿Cómo están conformados? ¿Qué hay dentro? ¿Te gusta lo que tienen?
• ¿Cómo es la distribución de tu tiempo y dedicación entre ellos? ¿Hay alguno al que le dediques más tiempo?
• ¿Te gusta la manera en la que están distribuidos tus círculos en este momento?
• ¿Quisieras mantenerlo así o desearías cambiarlo?
• Si quieres modificar algo, ¿Qué sería? ¿Qué necesitas hacer para que esto ocurra?

Tomar conciencia de tus propios círculos, quizá te ayude a hacer algunos cambios para estar un poco mejor.

Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

domingo, marzo 29, 2009

La herida del abandono

Todas las personas tenemos una herida de abandono impresa en nuestro organismo. Bien sea porque mi mamá no estuvo presente en mi infancia, mi papá murió cuando yo era muy pequeña, mis padres tuvieron que irse de viaje y me dejaron con mis abuelos, crecí separada de mis hermanos, etc.

Esta es una herida, que si no se sana, late durante toda la existencia como si hubiera sucedido ayer. Y cuando aparece alguna amenaza de posible dolor, la cicatriz cobra vida y vuelve la sensación de malestar.

Ante la posibilidad del sufrimiento, y como el individuo no quiere pasar por la sensación triste otra vez, pueden haber tres salidas: huir, paralizarse o pelear.

Cuando huyo, generalmente la persona abandona antes de que lo abandonen. Hay una fantasía de que lo pueden dejar (esto aplica para el trabajo, relaciones, familia, pareja), entonces prefiere ser él quien deje el vínculo, pensando que así no sufrirá. Sin darse cuenta, que de la misma forma, se lo pasa mal. La herida sigue viva.

Si se paraliza, es como si quedara congelado. No sabe qué hacer. Escoge no hacer, creyendo que así estará a salvo. Y la herida sigue viva.

Cuando pelea, desde su dolor se enfrenta al otro. Vienen los conflictos, no sabe cómo o por qué e igualmente lo hace. Se enfrenta con su “oponente” desde su herida. Tratando de que el otro sienta al menos un poco de esa sensación que tiene en su cuerpo. ¿Y la herida? Sigue viva.

Para sanar la herida, hay que trabajarla, mirarla, reconocerla, asentir a ella, a la historia, al pasado, a lo que fue como fue, sin pretender cambiar nada. Solo así, mi encuentro con el mundo podrá ser un poquito diferente.


Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

viernes, marzo 20, 2009

¿Cuáles son tus sueños?


¿Eres de lo que quiere ganarse la lotería y aún no compras el ticket? ¿Deseas viajar a Europa y aún no has averiguado cuánto cuesta el boleto? ¿Sueñas con ser un escritor famoso y aún no escribes la primera palabra de tu novela?
Alguna vez escuché la siguiente frase: “Las cosas materiales se crean dos veces, cuando las piensas y cuando las logras”. Antes de llegar a la meta es necesario comenzar a la carrera. Y antes de comenzar, es necesario plantearse la meta, el objetivo, el sueño, como quieras llamarlo.

Hace pocos días conversaba con unos amigos. Hablábamos de los sueños. Cuando les pregunté sobre lo que cada uno deseaba lograr, el silencio se hizo presente en la mesa. Parecía que no tenían sueños. Entonces, ¿cómo llegar a la meta si ni siquiera nos hemos planteado una?

En este punto es cuando caben las preguntas: ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué deseas lograr en los próximos meses, en un año, en dos años? ¿Qué necesitas para lograrlo?
Vayamos por partes. En primer lugar, haz una lista de metas. Pueden ser personales, profesionales o familiares. No hay límites. Imagina todas esas cosas que quieres hacer, tener, alcanzar o lograr.

Una vez que tengas esta lista, escoge uno de los objetivos, el que desees. Cierra tus ojos, concéntrate en él, e imagina que ya alcanzaste esta meta. Fíjate desde esta visualización qué miras, qué escuchas y qué sientes una vez que la lograste. ¿Se siente bien? ¿Es agradable? ¿Es lo que imaginabas? ¿Te gusta?



Del sueño al logro

Ya diste el primer paso. Tienes un objetivo y lo visualizaste. Ahora viene la segunda parte: llevarlo a cabo. ¿Cómo?

Una vez tengas esta meta clara, te propongo lo siguiente:
• Enúncialo de manera positiva. Ir hacia lo que quieres.
• Asume tu responsabilidad en el objetivo. Haz que el logro dependa de ti. Si lo dejas en manos de un tercero o de otros, es como si dijeras con tus actos que no puedes lograrlo.
• Fíjate límites de tiempo. Y sé realista con este punto. Es mejor lograr dos pasos en tres meses que ninguno en un mes.
• Fíjate con qué recursos cuentas para llegar a la meta.
• Observa si te motiva lo suficiente o si necesitas algo más para comenzar este proyecto.

Lo demás es trabajar por alcanzar la meta. Mover tus recursos para llegar al objetivo. Y luego: a celebrar y a comenzar otra carrera.

Autor del texto:
Lic. Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestáltica y Terapeuta en Constelaciones Familiares

Qué es Bebé Gestalt

Mamá y Papá: el principio de todo.

Mamá y Papá: el principio de todo.
La vida viene de mamá y papá. Y yo, como hijo soy 50% mamá y 50% papá. Estoy conectado una suerte de “hilos invisibles” a ellos y a los que vinieron antes que ellos y que hicieron posible mi vida. A donde me mueva y vaya, los hilos van conmigo. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

¿Neurótico yo?

¿Neurótico yo?
Fritz Perls, creador de la Terapia Gestáltica, escribió que todos los seres humanos somos neuróticos. Esta aseveración quizá puede resultar antipática para algunos, ¿cómo es posible esto? A continuación podrás leer algunas pistas que te ayudarán a saber si eres neurótico o no. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

¿Llueve o hace sol?

¿Llueve o hace sol?
Si se pudiera hablar de un “ideal”, sería el siguiente: tener el paraguas a la mano, estar pendiente del tiempo y probar. A veces será el momento de abrirlo porque el cielo anuncia tormenta y otras veces de cerrarlo pues el sol está resplandeciente. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

La pareja y el morral

La pareja y el morral
Una mujer, luego de pasar un tiempo sin pareja, conoce a dos hombres: A y B. El “A” parece tener todas las cualidades “buenas” que ellos “deben tener”: es soltero, tiene una buena posición económica, está disponible para ella, es cariñoso, de buena familia. El “B”, pareciera cargar una mochila más grande: tiene un hijo, una ex mujer y algunos problemas sin resolver. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

La empresa de un solo empleado

La empresa de un solo empleado
Por muchos años esta mujer tuvo y mantuvo una empresa de múltiples empleados. Estaba tan atareada con sus ocupaciones que se olvidó de ella misma. A veces no se pagaba el sueldo, hubo años en los que no vio utilidades. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)